22.4.12

Censo, cine e ironías


By © Claudio Álvarez Velden. Santiago, 22 de abril de 2012.


Once upon a time, alguien que creía conocerme muy bien, me dijo: “Si te preguntasen si eres cinéfilo, tu respuesta sería depende”. Sí, afirmé. Como en todo. Y agregué: Aquellas películas que presentan una historia carente de una temporalidad lineal son mis favoritas; si incorporan varias historias solapadas, mejor; si además aparecen trastornados mentales intentando -o no- modificar el Status quo o Establishment -sicóticos, neuróticos, esquizofrénicos o simplemente algunos pitia’os-, mucho mejor; y si agregan armas, drogas y sexo -con voluptuosas musas, ninfas y nínfulas-, ya estaría en el paraíso (Escape to Paradise). En fin, la respuesta sería depende de los criterios con que se defina a un cinéfilo. Y ya se sabe que criterios hay muchos, igual que descriterios. Pero mejor no hablar de ciertas cosas. Y si se habla, que sea clarito y al grano, no con eufemismos: Al pan, pan; al vino, vino; a la casualidad, casualidad -no cazuela!, recordé saltando a mi época escolar cuando Marcela danzaba el Lago de los Cisnes, Viviana cantaba al ritmo de su Walkman, Alfredo, como todo un caballero, compraba unos kojaks a Paola y Karem (uno a cada una!) y Begoña me declaraba su amor mientras yo trepaba por los árboles. El acoso de las niñas me aburría en ese entonces. Ironías de la vida.-. En eso estaba cuando llegó la censista, a quien había esperado todo aquel día, sin haber osado siquiera a ir a leer al baño, menos aún, a moverme de mi hogar. Una vez allí, con ella, comencé a evocar con emoción aquellos domingos, en casa de mis padres, cuando los esperábamos ansiosamente para responder preguntas del tipo: Tiene televisor? Cuántos?. Yo ya tenía preparadas mis respuestas. Televisor?. Para qué?. Para ver fútbol, asaltos, chiquill@s bailando y cahuines en los realities? Nein!. Jamais! Forget it!... “Ah, gracias. Veo que habla español, inglés y otros. Es una de las preguntas. La responderé de inmediato, para ganar tiempo”. Y continuó: “Esta parte es difícil: Quién es el o la jefe de hogar?. Porque sorprendentemente me he encontrado con muchas parejas jovencitas, donde son ellas las que aportan más dinero en sus hogares o lisa y llanamente los mantienen”. Gigolós!, pensé. Ingenuas!, pensé a continuación. Ironías de la vida!, mucho más tarde.... “Muchas gracias, ahora me voy. Me falta todo el piso de abajo, pero no creo que alcance. Se acabó el tiempo”. Cómo no se le iba a acabar -cavilé- si empezó a hablar sobre por qué estaban protestando los censistas, luego que una señora se consideraba araucana siendo rubia de ojos azules y que algunos se decían cristianos, cuando ninguna de estas categorías formaban parte de sus respectivas preguntas. “El trato de los supervisores no es el adecuado. La ven a una con cara de tonta, pero es sólo eso...”. No supe que responderle. Seguía absorto meditando sobre la baja productividad de la gente, por lo que no reparé en la mentada cara de tonta. Parece cierto lo que Rodrigo del Campo, en su publicación semanal de carrera profesional, señalaba en el artículo Gestión del Tiempo: “Las personas son productivas sólo 1/3 del tiempo”. Y continuaba en otro pasaje “... es necesario darnos cuenta de que el tiempo no es un fenómeno físico, sino mental”. De ahí a “There is no spoon”, más de 10 años atrás y con más de 10 revisiones en distintos lugares, fue sólo un salto, salto que por cierto no di tras ser empujado desde la copa del arbol donde Begoña, con voz muy melosa, intentaba seducirme. The greatest trick the Devil ever pulled was convincing the world he didn't exist. And like that, poof. He's gone”. 
Saludos cordiales,
cav.
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