15.4.12

Presentaciones o Stand-up Comedy: Una oportunidad para decir cosas


El ritual no siempre es el mismo. Café, música y horas de lectura, son parte del actual. La escenografía, tampoco. Un ático, alguna céntrica cafetería atiborrada de nínfulas, un starbucks con muffin de arándano, una derruida casa paterna, algún banco del otro santiago del sector de Merced, un departamento, también céntrico, con los nuevos desarrollos urbanos para profesionales y estudiantes de una clase media emergente -también para meretrices, algunas estudiantes, cuyo segmento objetivo es esta misma clase media emergente-, una biblioteca, la mesa del comedor de la siempre acogedora casa materna -no hay que olvidar la paridad de género-, el baño. Lo mismo da el espacio que se disponga o el sexo que se tenga, para la tan sublime actividad de la Creación, ya se lleve a cabo por obligación, ya por placer: la presentacion del examen de grado, la redacción del poema para conquistar a quien te gusta -existirá aún este tipo de cursilerías?-, la nota ácida que aparecerá en la columna dominical atada a alguna entrega para el desarrollo de carrera, la estrategia para vender una idea en la empresa o cualquier otra actividad bizarre como el video casero de canibalismo real de Recife -a lo 8mm, de Nicolás Cage-, requieren de un espacio y un tiempo para realizarla. “Lo que me seduce del stand-up comedy, confidencia Natalia Valdebenito en un publireportaje de La Tercera, es que me permite decir cosas, dar mi opinión, mi punto de vista. No tiene que ver con la capacidad de tirar la talla en un asado, sino con la capacidad histriónica, la capacidad de escribir”, escritura, por cierto, que tuvo que tener un espacio y un tiempo de creación para plasmarse en alguna plataforma. A quién, posteriormente, se muestran estas creaciones?. Probablemente a una audiencia, grande o pequeña, que conllevará, necesariamente, a hablar en público, siendo ésta, justamente, la temática que aborda Rodrigo del Campo en su “nueva” entrega de Carrera Profesional. Por de pronto, prefiero leer a escribir, menos por la fascinante seducción que me provocan los Tacones Urbanos de Mariana Jara que por tiempo. En el ritual de la lectura se pueden encontrar libros tan buenos que, frente a la escasez de tiempo en los días que corren, se leen aun defecando, en contraposición a aquellos bodrios que “nica” se leen.
Saludos cordiales y bajen acá Presentación En Público.
cav.

No hay comentarios.: