13.12.05

Subjetividad e Innovación

Frente a la pregunta ¿Es Chile un país innovador?, la respuesta sería depende. Depende de cómo se la defina (criterios) y de la escala a utilizar (para medir/evaluar dichos criterios). En otras palabras, la innovación sería -al igual que muchos otros aspectos de la "realidad"- una cualidad relativa en lugar de absoluta. Respecto de la escala utilizada, dependerá del rango de la misma ¿Cuál sería la diferencia -si la hay- entre obtener 80 puntos en lugar de 82, en una escala de 1 a 100?. Creo que ninguna, por lo mismo prefiero el uso de una escala simple y funcional, como la escala de Likert, que tan sólo se mueve en un rango de 5 valores. Pero en fin, ese es otro tema...

De acuerdo al último reporte de Competitividad Global del World Economic Forum (WEF 2005), Chile ocupa el lugar 41 entre 117 países en el aspecto de innovación; 36 en el de alfabetización tecnológica y 42 en educación superior/capacitación. Sin haber hecho un análisis riguroso del documento y tan sólo mirando el resumen ejecutivo y los análisis efectuados en la prensa respecto al mismo, puedo repetir que son cifras bastante magras.

Por otro lado, y de acuerdo a los resultados entregados por la Primera Encuesta de Innovación realizada en Chile durante 2005 a cargo de la Fundación País Digital y el The Boston Consulting Group, los "empresarios chilenos" se consideran innovadores y le prestan una gran importancia estratégica a esta variable, señalando incluso que ésta, junto a la educación, son los dos grandes pilares para el desarrollo económico del país y para la propia ventaja competitiva al interior de la empresa. Personalmente, sólo comparto con ellos esta última afirmación.

Tomando en consideración estos antecedentes, lo único objetivo es que son contradictorios -o bien que presentan diferencias entre las "miradas subjetivas"- respecto al tema de la innovación en Chile. En vista de lo anterior y también siendo subjetivo, menos basándome en indicadores que en apreciaciones generales que he leido respecto de la economía nacional, daré mi diagnóstico y dejaré la invitación extendida para que se explayen subjetivamente respecto al tema.

En Chile tenemos una economía en la que el 80% de sus exportaciones están basadas en recursos naturales o procesamientos de bajo valor agregado de los mismos, una agricultura poco competitiva -sino, analicen el tema de la salvaguardias para el trigo hasta diciembre de 2006 que fue noticia la semana pasada-, una industria manufacturera que se queja porque el gobierno enfatiza que a través de I+D+i seremos para el 2010 una potencia agroalimentaria -lo que pone de manifiesto que no se consideran innovadores, pues de lo contrario no les importaría que en otros sectores se potenciaran estos atributos-, una rigidez laboral y gente que se apasiona por cualquier cosa, menos su trabajo.

En definitiva, creo que no somos innovadores, pues innovación involucra cambio, creatividad, flexibilidad, autogestión, una nueva forma de hacer las cosas para crear valor al país y a las empresas; introducir el uso de TICs como herramientas comercial, de gestión, de educación, de conectividad, de creación de redes. Necesitamos transformarnos en una sociedad cuya economía esté basada en el conocimiento. Pero, ¿Se está en Chile impulsando este modelo?. Absolutamnete sí, por lo que ese tema no me preocupa. Lo que me preocupa es que para implementarlo se requiere de un framework adecuado. ¿De qué sirve generar o introducir 1.000 nuevos doctores por año a la sociedad chilena si se les contrataría -en el caso de la industria/empresa- para hacer funcionar tal o cual maquinita? ¿Cómo pasamos a una economía basada en el conocimiento si los empleados son meros operadores que deben cumplir un horario, controlados mediante tarjetas de entrada/salida?. En mi opinión, la economía basada en el conocimiento requerirá justamente lo contario a lo observado durante la revolución industrial -que dicho sea de paso, parece ser el modelo imperante hasta el día de hoy en Chile-: flexibilidad laboral, teletrabajo, autogestión del tiempo -y por tanto, disciplina-, cesión por parte de las jefaturas de autonomía y empowerment a sus subordinados, de espacio para crear, pensar, capacitarse, en fin, de fomentar al máximo sus potencialidades talentos, donde el centro del modelo económico sea justamente el recurso humano. Como ven, se requiere de un cambio cultural, por lo que tarea hay para rato; lo bueno, es que existen las voluntades para hacerla.

Saludos cordiales,
cav.

No hay comentarios.: