5.1.06

Diestros y siniestros dan la bienvenida al Nuevo Año

Con algunos reveses comenzó el año 2006 en lo referido a Ciencia, Tecnología e Innovación en Chile.

Por una parte, y mientras me encontraba celebrando las primeras horas del nuevo año en compañía de amistades, escuché en la Radio Cooperativa –mientras la cambiábamos, pues no tiene gracia bailar al son de noticias– que el Centro de Biotecnología de la Universidad Federico Santa María se estaba incendiando. Equipos de punta y años de investigación eran consumidos por las llamas, mientras varias compañías de bomberos intentaban controlar el siniestro. Lamentable noticia, pues dinero y tiempo son recursos escasos en general, y en particular para Chile. De todas formas confío en que los resultados de las investigaciones se encontrasen guardados/respaldados en servidores fuera del inmueble y los equipos, asegurados; pero aunque esto no fuera así, creo que debemos emerger de, literalmente, las cenizas – al estilo del Ave Fénix – y seguir avanzando con alturas de miras en la Investigación, Desarrollo e Innovación Nacional (I+D+i), pilares del desarrollo económico.


Otro "siniestro" –aunque algunos podrán argumentar que se trata de un diestro- ocurrió hace un par de días y se relaciona con el ansiado Fondo de Innovación para la Competitividad. En los últimos días de diciembre de 2005, nuestros Honorables Senadores se encontraban debatiendo sobre cuál era la forma más criteriosa de repartir las platas que se recaudarían a través del royalty, cuyas cantidades tanto para el primer año de funcionamiento (80-90 millones de dólares/año) como para cuando entrase en régimen estacionario (200 millones de dólares/año), eran un mero dato. Resulta que el "mero dato" estaba calculado, al parecer, con el royalty que pagaría Minera Escondida, quien decidió abstenerse de pagar dicho impuesto y continuar con su antiguo sistema tributario establecido a través del DL600, siendo la elección amparada por la Ley.

Aunque las primeras reacciones del gobierno, a través del Ministro del Interior Francisco Vidal, fueron bajar el perfil al incidente ("Ahora las expectativas son menores por la razón de esta minera –Escondida-, pero eso se puede perfeccionar en el tiempo. Lo que quedó establecido es un principio, que es que el uso de las riquezas naturales de nuestro subsuelo tienen necesariamente que entregar un aporte al Estado para financiar, en este caso, proyectos de innovación, ciencias y tecnología"), la postura de Eyzaguirre días después (Hacienda), fue enérgica, categórica y hasta soberbia ("eso para nosotros es inaceptable y se lo hemos dicho. Eventualmente estamos dispuestos a ampliar vía legal el plazo para que desistan, renuncien al 11 bis y paguen el royalty, y nosotros creemos, estamos seguros, que dada la responsabilidad social que ha mostrado Escondida, van a optar por ese camino").

Digo que fue soberbia pues según entiendo, la elección de Escondida está amparada por la Ley y aunque creo que ese no era el espíritu de la misma, de que hubo espacio para la dualidad e interpretaciones, lo hubo –y eso es objetivo-. Luego ¿la culpa es del chancho o del que da el afrecho?... En todo caso no creo que a estas alturas haya que buscar responsables, aunque tampoco se trata de olvidar el incidente y no aprender algo al respecto, sino más bien analizar cómo se llenan los "espacios" y por tanto, solucionar el problema del "Fondo" más que de la forma.

Saludos cordiales,
cav.

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